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Pruebas Diagnósticas en Reflujo Gastroesofágico

Si sus síntomas no mejoran con los cambios de estilo de vida o medicamentos, es posible que se necesiten exámenes adicionales:

  • Radiografía con ingestión de bario: utiliza rayos X para ayudar a detectar anomalías puntuales, como una hernia hiatal y otros problemas del esófago. Con esta prueba, se toma una solución y luego se toman radiografías. La prueba no detecta irritación leve, en cambio estenosis (estrechamiento) del esófago y úlceras si pueden ser observadas.
     
  • Endoscopía. La endoscopia es más precisa que la radiografía de bario y se puede realizar en un hospital o en el consultorio de un médico. El médico puede rociar su garganta con un anestésico local para adormecerla y luego, después de la ligera sedación, se desliza un tubo de plástico delgado y flexible con una luz y una lente en el extremo llamado endoscopio por la garganta. Actuando como una pequeña cámara, el endoscopio permite al médico ver la superficie del esófago y la búsqueda de anomalías.

    Si usted ha tenido síntomas moderados a severos y este procedimiento pone de manifiesto las lesiones del esófago, por lo general no se necesitan otros exámenes para confirmar la enfermedad por reflujo gastroesofágico. El médico también puede realizar una biopsia. Pinzas diminutas, llamadas fórceps, se pasan a través del endoscopio para que el médico pueda extraer pequeños trozos de tejido del esófago. El tejido se observa con un microscopio en busca de daños causados ​​por el reflujo ácido y para descartar otros problemas si la infección o crecimientos anormales no se encuentran.
     
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  • Examen de seguimiento del pH: implica que el médico inserte un pequeño tubo o un pequeño dispositivo en el esófago que se quedará allí durante 24 a 48 horas. Mientras usted realiza sus actividades normales, el dispositivo mide cuándo y cuánto ácido sube al esófago. Esta prueba puede ser útil si se combina con un cuidadoso diario, grabando cuando, qué y en qué cantidad es que la persona come, lo cual permite al médico observar las correlaciones entre los síntomas y los episodios de reflujo.

    El procedimiento es a veces útil para detectar si los síntomas respiratorios, como tos, sibilancias y son provocados por el reflujo.

No existe una prueba diagnóstica del todo correcta para la enfermedad por reflujo gastroesofágico, y las pruebas no han demostrado que la exposición al ácido en el esófago inferior se correlaciona directamente con el daño a la mucosa.

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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana

​Actualizado: 30 de Agosto, 2018 

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