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Diagnóstico de la Distrofia Muscular

La distrofia muscular se refiere a un grupo de más de 30 enfermedades genéticas que causa debilidad y degeneración progresivas de los músculos esqueléticos usados durante el movimiento voluntario.

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Para el diagnóstico de las distrofias musculares deben revisarse minuciosamente tanto la historia clínica del paciente como los antecedentes familiares completos para determinar si la enfermedad muscular es secundaria a una enfermedad que afecte a otros tejidos u órganos o si es una afección heredada.

También es importante descartar cualquier debilidad muscular resultante de una operación previa, la exposición a toxinas, o medicamentos actuales que puedan afectar el estado funcional del paciente. Los exámenes clínicos y neurológicos detallados pueden descartar trastornos del sistema nervioso central o periférico, identificar patrones de debilidad muscular y atrofia, evaluar respuestas reflejas y de coordinación, y buscar contracciones.

Pueden usarse varias pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico de distrofia muscular.

Los análisis de sangre y orina pueden detectar genes defectuosos y ayudar a identificar los trastornos neuromusculares específicos. Por ejemplo:

  • Se mide el nivel de aldolasa sérica, una enzima involucrada en la descomposición de la glucosa, para confirmar el diagnóstico de enfermedad muscular esquelética. Niveles altos de la enzima, presente en la mayoría de los tejidos del cuerpo, se observan en los pacientes con distrofia muscular y algunas formas de miopatía.
  • La creatina cinasa es una enzima que escapa del músculo dañado. Los niveles elevados de creatina cinasa pueden indicar daño muscular, incluidas algunas formas de distrofia muscular, antes de que los síntomas físicos sean aparentes. Los niveles están significativamente aumentados en los pacientes en las etapas tempranas de las distrofias de Duchenne y de Becker. Las pruebas también pueden determinar si una mujer joven es portadora del trastorno.
  • Se mide la mioglobina cuando se sospecha una lesión o enfermedad en los músculos esqueléticos. La mioglobina es una proteína ligada al oxígeno encontrada en células musculares esqueléticas y cardíacas. Se encuentran altos niveles de mioglobina en los pacientes con distrofia muscular.
  • La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) puede detectar mutaciones en el gen de la distrofina. También conocido como diagnóstico molecular o prueba genética, PCR es un método para generar y analizar copias múltiples de un fragmento de ADN.
  • La electroforesis sérica es una prueba para determinar cantidades de diversas proteínas en el ADN de una persona. Se coloca una muestra de sangre sobre un papel especialmente tratado y se expone a una corriente eléctrica. La carga fuerza a las diferentes proteínas a formar bandas que indican la proporción relativa de cada fragmento proteínico.

La microscopía electrónica puede identificar cambios en los componentes subcelulares de las fibras musculares. El microscopio electrónico también puede identificar cambios que caracterizan la muerte celular, mutaciones en las mitocondrias de las células musculares, y un aumento en el tejido conjuntivo observado en las enfermedades musculares como la distrofia muscular. Los cambios en las fibras musculares evidentes en una forma rara de distrofia muscular distal pueden verse usando un microscopio electrónico.

Las pruebas con ejercicios pueden detectar tasas elevadas de ciertas sustancias químicas luego del ejercicio y se usan para determinar la naturaleza de la distrofia muscular u otro trastorno muscular. Algunas pruebas con ejercicios pueden hacerse en la cabecera del paciente mientras que otras se hacen en clínicas u otros centros usando un equipo sofisticado. Estas pruebas también evalúan la fuerza muscular. Se realizan cuando el paciente está relajado y en posición adecuada para permitir que los técnicos midan la función muscular contra la gravedad y detecten aún la debilidad muscular leve. Si se sospecha debilidad en los músculos respiratorios, puede medirse la capacidad respiratoria haciendo que el paciente respire profundamente y cuente lentamente mientras exhala.

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Las pruebas genéticas buscan genes conocidos para ambas causas o que están asociados con la enfermedad muscular hereditaria. El análisis del ADN y los ensayos enzimáticos pueden confirmar el diagnóstico de ciertas enfermedades neuromusculares, incluida la distrofia muscular. Los estudios de vínculo genético pueden identificar si un marcador genético específico en un cromosoma y una enfermedad se heredan juntos. Son particularmente útiles para estudiar familias con miembros que están afectados en diferentes generaciones. Se necesita un diagnóstico molecular exacto para algunas de las estrategias de tratamiento que se están desarrollando actualmente.

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El asesoramiento genético puede ayudar a los padres que tienen antecedentes familiares de distrofia muscular a determinar si transportan uno de los genes mutados que causa el trastorno. Pueden usarse dos pruebas para ayudar a los futuros padres a averiguar si su hijo está afectado.

  • La amniocentesis, generalmente realizada entre las 14 y 16 semanas de embarazo, evalúa una muestra de líquido amniótico en el útero para detectar defectos genéticos (el líquido y el feto tienen el mismo ADN). Bajo anestesia local, se inserta una aguja fina a través del abdomen de la mujer, dentro del útero. Se extraen alrededor de 20 mililitros de líquido (cerca de 4 cucharitas) y se envían al laboratorio para su evaluación. A menudo los resultados de las pruebas llevan 1-2 semanas.
  • El muestreo de vello coriónico involucra la extracción y evaluación de una muestra muy pequeña de placenta al comienzo del embarazo. La muestra, que contiene el mismo ADN que el feto, se extrae con un catéter o una aguja fina insertada a través del cuello del útero o a través del abdomen. El tejido se evalúa para detectar cambios genéticos identificados en un familiar afectado. Generalmente se dispone de los resultados en 2 semanas.

Las imágenes por resonancia magnética (IRM) se usan para evaluar la calidad muscular, cualquier atrofia o anormalidades de tamaño, y el reemplazo graso del tejido muscular, al igual que para monitorizar la evolución de la enfermedad. El equipo de exploración de IRM crea un campo magnético fuerte alrededor del cuerpo. Las ondas de radio luego pasan por el cuerpo para desencadenar una señal de resonancia que puede detectarse en diferentes ángulos dentro del cuerpo. Una computadora procesa esta resonancia a una imagen tridimensional o una "rebanada" bidimensional del tejido que se explora. IRM es un procedimiento no invasivo e indoloro. Otras formas de imágenes diagnósticas para la distrofia muscular son la espectroscopia por resonancia magnética del fósforo, que mide la respuesta celular al ejercicio y la cantidad de energía disponible para la fibra muscular, y las imágenes por ultrasonido (también llamada sonografía), que usa ondas sonoras de alta frecuencia para obtener imágenes dentro del cuerpo. Los ecos de las ondas sonoras se graban y se muestran en la pantalla de una computadora como una imagen visual de tiempo real. El ultrasonido puede usarse para medir masa muscular.

Las biopsias musculares se usan para monitorizar el curso de una enfermedad y la eficacia de un tratamiento. Usando un anestésico local, se extrae una pequeña muestra de músculo y se estudia bajo un microscopio. La muestra puede ser extraída quirúrgicamente, a través de una abertura hecha en la piel, o por biopsia con aguja, en la cual se inserta una aguja hueca fina a través de la piel y dentro del músculo. Un trozo pequeño de músculo permanece en la aguja hueca cuando se retira del cuerpo. La muestra de músculo se tiñe y se examina para determinar si el paciente tiene una enfermedad muscular, una enfermedad nerviosa (neuropatía), una inflamación, u otra miopatía. Las biopsias musculares también ayudan en las pruebas de portadores. Con el advenimiento de técnicas moleculares precisas, la biopsia muscular ya no es esencial para el diagnóstico.

Las pruebas con inmunofluorescencia pueden detectar proteínas específicas como la distrofina en las fibras musculares. Luego de la biopsia, se usan marcadores fluorescentes para teñir la muestra que tiene la proteína que interesa.

Los estudios neurofisiológicos pueden identificar cambios físicos o químicos en el sistema nervioso.

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  • La electromiografía (EMG) puede registrar la actividad de la fibra muscular y de la unidad motora. Se inserta una aguja diminuta que contiene un electrodo a través de la piel dentro del músculo. La actividad eléctrica detectada en el músculo puede visualizarse como copia impresa o en un monitor, y también puede escucharse a través de un amplificador. Los resultados pueden revelar la actividad eléctrica característica de distrofia muscular. Cada electrodo muestra un promedio de esa actividad muscular. Pueden ser necesarios varios electrodos para mostrar la actividad de músculos esqueléticos grandes.
  • Los estudios de velocidad de la conducción nerviosa miden la velocidad con la cual una señal eléctrica viaja a lo largo de un nervio. Un pequeño electrodo envía una señal a un electrodo receptor colocado en otra parte del nervio. La longitud del nervio entre los electrodos se divide por el tiempo necesario para que la señal viaje entre ellos. La respuesta puede usarse para determinar un daño nervioso.
  • Los estudios de estimulación repetitiva implican estimular eléctricamente a un nervio 5 a 10 veces, a una frecuencia de 2-3 descargas por segundo, para estudiar la función muscular. Se envía una descarga leve por medio de los electrodos que están pegados a la piel sobre el(los) músculo(s) a evaluarse y se muestra la respuesta en un osciloscopio, un instrumento usado para examinar señales eléctricas. Luego un nervio es estimulado en otro sitio para evaluar la actividad eléctrica sobre el nervio, a través de la unión neuromuscular, y dentro del músculo.

Fuente
Distrofia Muscular
Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas y Accidentes Cerebrovasculares

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