Cuidado con el Sol
1. ¡A esconderse del sol! La radiación ultravioleta es más intensa y perjudicial cerca del mediodía, así que durante esas horas es mejor planear actividades que no sean al aire libre. Si eso no es posible, hay que resguardarse bajo la sombra de un árbol, una sombrilla o una carpa. Siga estas precauciones para prevenir las quemaduras solares y no solo después de que ya hayan ocurrido.
2. Cúbralos. Las prendas de vestir que cubren la piel de su hijo ayudan a protegerlo contra los rayos ultravioleta. Aunque es mucho mejor usar una camisa de manga larga y pantalones largos de tela tupida, esta no siempre es la opción más práctica. Una camiseta, pantalones cortos tipo bermuda o una salida de playa también son adecuados; pero es prudente reforzar la protección aplicándole filtro solar al niño o manteniéndolo en la sombra cuando sea posible.
3. Póngale un sombrero. Los sombreros que cubren el rostro, la cabeza, las orejas y el cuello son fáciles de usar y ofrecen una protección excelente. A los niños les gusta usar gorras de béisbol, pero éstas no protegen las orejas ni el cuello. Si su hijo prefiere las gorras, asegúrese de proteger las áreas descubiertas con un filtro solar.
4. Las gafas de sol están de moda. Además protegen los ojos de su hijo de los rayos ultravioleta, que con el tiempo pueden producir cataratas. Busque gafas que protejan los lados del rostro y que bloqueen casi el 100% de los rayos UVA y UVB.
5. Aplíquele filtro solar. Siempre que su hijo esté al aire libre, aplíquele filtro solar con un factor de protección solar o FPS de por lo menos 15 y que proteja contra los rayos UVA y UVB.
Datos sobre los filtros solares
Los filtros solares son fáciles de usar pero no protegen completamente la piel de su hijo. Trate de combinar el uso del filtro solar con alguna de las otras opciones indicadas anteriormente para evitar los daños que puedan causar los rayos UV.
El filtro solar viene de varias formas: cremas, atomizadores, toallas impregnadas o gel. Asegúrese de elegir uno fabricado especialmente para niños que contenga:
- Un factor de protección solar (FPS) de 15 o más.
- Protección contra los rayos UVA y UVB.
Para gozar de una máxima protección, aplíquele al niño abundante filtro solar treinta minutos antes de salir al aire libre. Y no olvide aplicarle el filtro en las orejas, nariz, labios y en la parte superior de los pies, ya que con frecuencia se tiende a olvidar estas áreas.
No olvide llevar consigo el filtro solar para volver a aplicárselo durante el día, en particular después de que el niño nade o haga ejercicio. Esto incluye los productos “a prueba de agua” y “resistentes al agua”.
Tenga presente que el objetivo del filtro solar no es permitir que los niños pasen más tiempo del habitual al sol. Los filtros solares reducen el daño causado por los rayos ultravioleta pero no lo eliminan.
En la actualidad, la Academia Americana de Pediatría considera que el uso del filtro solar en niños menores de seis meses no es perjudicial si se limita a áreas reducidas de la piel como el rostro y la parte superior de las manos. Sin embargo, la mejor forma de proteger a su bebé de las quemaduras solares es evitar el sol o permanecer en la sombra.
Demasiado sol es dañino
¿Sabía usted que unas cuantas quemaduras solares graves pueden aumentar el riesgo de que su hijo contraiga cáncer de piel en la edad adulta? Los niños no necesitan estar en la piscina, en la playa o de vacaciones para recibir demasiado sol. La piel de los niños debe estar protegida de los dañinos rayos ultravioleta (UV) siempre que los niños estén al aire libre.
¿Coloradito? En tan solo 15 minutos, la piel desprotegida puede sufrir daños a causa de los rayos UV. Sin embargo, pueden pasar hasta doce horas para que se noten en su totalidad los efectos de la exposición al sol. Así que si hoy la piel de su hijo se nota “algo colorada”, mañana en la mañana podría verse quemada. Para evitar que su niño se siga quemando, resguárdelo del sol.
¿Bronceado? Lo cierto es que piel bronceada es piel lesionada. Cualquier cambio en la coloración de la piel después de haber estado al aire libre, ya sea por quemadura solar o bronceado, es una señal del daño causado por los rayos UV.
¿Un día fresco y nublado? Aún en estos días los niños necesitan protección ya que son los rayos UV, no la temperatura, lo que causa el daño en la piel. Las nubes no bloquean los rayos UV, sino que los filtran, y a veces solo ligeramente.
¡Ay! Con frecuencia, los niños sufren quemaduras solares cuando están al aire libre sin protección durante más tiempo de lo previsto. Prepárese con antelación y tenga la protección solar siempre a mano, en su auto, bolso o en la mochila del niño.
Padres, protejan a sus niños para que puedan jugar sin riesgo bajo el sol y de paso protéjanse ustedes también. Ustedes son el mejor ejemplo.
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Fuente
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
http://www.cdc.gov/