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Examen Auditivo en el Ambiente Escolar

Dr. José Raúl Sánchez Cerdas, Ph.D
Audiólogo

En hora buena algunas instituciones educativas se han preocupado por la realización de los exámenes auditivos a su población escolar.  Sin embargo, es importantísimo tener en cuenta ciertos aspectos antes de proceder con esta excelente  iniciativa.  

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AMBIENTE DE EXAMEN

El ambiente de examen debe ser bien iluminado, de tamaño adecuado para acomodar al audiólogo y su equipo. El ambiente debe tener buena ventilación y sobretodo, lo más crítico, que el lugar seleccionado en la institución para la realización de los exámenes auditivos, tenga niveles bajos de ruido. Los lugares ruidosos  impiden realizar las pruebas de manera confiable.

Sabemos que nuestras escuelas son bastante ruidosas y que no es fácil encontrar una área acústicamente adecuada. El audiólogo debe realizar una medición del ambiente acústico, mediante la utilización de un sonómetro clase 2, debidamente calibrado y cerciorarse que el área designada reúna las condiciones de ruido ambiente mínimas necesarias.

La American Speech-Language-Hearing Association (ASHA) publicó en 1985 los lineamientos básicos para la práctica de las pruebas auditivas en el ambiente escolar; entre estas normativas, establece el ambiente máximo de ruido permisible para cada uno de los tonos o sonidos a examinar, tal como se indica en el siguiente cuadro:

TONO O FRECUENCIA

NIVEL MÁXIMO DE RUIDO PERMISIBLE

500 Hz

41.5 dB

1000 Hz

49.5 dB

2000 Hz

54.5 dB

4000 Hz

62 dB

INTENSIDAD Y FRECUENCIAS A EXAMINAR

La ASHA recomienda que se examinen las frecuencias de 1000-2000 y 4000 Hz y la de 500 Hz, siempre y cuando el ambiente acústico lo permita. La intensidad recomendada es de 20 o 25 dB. Esto nos garantiza verificar las frecuencias más importantes para la percepción del habla y a una intensidad dentro del rango de sensibilidad que no causa problemas para efectos de aprendizaje.

Los niños que tienen umbrales auditivos mayores a 15 dB tienen un rendimiento académico inferior que aquellos niños que tienen una mejor audición.

EDUCACIÓN

El personal docente y administrativo, así como los estudiantes deben ser educados acerca del programa de conservación auditiva. Los maestros son grandes colaboradores para informar a los padres de familia de los beneficios del programa de salud auditiva y para preparar a sus estudiantes respecto al examen auditivo.

Además de la prueba auditiva de tonos puros a una intensidad fija, el programa puede incluir la otoscopia y pruebas de impedanciometría para detectar la posibilidad de problemas de oído medio tan frecuentes en niños, especialmente los menores de diez años.

Otra estrategia para el exámen auditivo, es el uso de las emisiones otoacústicas (EOA), en casos de niños, preescolares, escolares y niños especiales que no colaboren en la prueba audiométrica regular. Es un exámen no invasivo, rápido y muy confiable.

PARA TENER EN CUENTA

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Los programas de tamizaje auditivo en escolares tienen el propósito de identificar a aquellos niños con una  pérdida auditiva que pudiera interferir adversamente en su  rendimiento educacional. Esta pérdida puede ser transitoria o permanente. Una vez que los alumnos son identificados  deben ser referidos para manejo médico o audiológico.

Recordemos que la prevalencia de deficiencias auditivas en escolares ronda entre el 3 y el 5% (Ross y Giolas, 1978). Es, por lo tanto, fundamental, asegurarnos que los niños en edad escolar, no se vean afectados en su habla, lenguaje o bases para el aprendizaje debido a una deficiencia auditiva.

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La detección de estos problemas auditivos debe realizarse en cumplimiento con los lineamientos  y normativas básicas, principalmente las establecidas por la ASHA. Padres, maestros y personal administrativo deben convertirse en vigilantes para el cumplimiento de estas normativas, de otra manera los exámenes  no tendrían ninguna validez.

Dr. José Raúl Sánchez Cerdas, Ph.D
Posgrado en Audiología
U de Manchester, Inglaterra
E-mail: rsancer@hotmail.com
www.labjrsanchez.com

REFERENCIAS:

  • Kely BR., Davis D, Hedge MN. (1994). Clinical Methods and Practicum in Audiology. San Diego: Singular Publishing.
  • Roeser JR., Downs MP. (1994) Auditory Disorders, in School Children. New York: Thieme Medical.
  • Bess FH., Humes LE (2008) Audiology. The Fundamentals. Philadelphia: Williams and Wilkins.

GeoSalud, 11 de noviembre del 2012

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