Eduquémos para amar y amémonos para educar
A través de la historia, en la época en que existía la familia extensa; los niños crecían a la vera de todos los adultos y se les enseñaba a “obedecer” las normas y a los adultos; había más espacios, más juegos y la confianza en que la familia, buscaba el bien común.
Cuando surge la familia nuclear y el hombre sale a trabajar fuera de casa, la mujer permanece en casa con roles determinados cuidando a los hijos, el hogar y la familia; a través de los años la situación económica y social cambia y la mujer se integra al proceso productivo, trayendo un cambio importante que afecta a la dinámica familiar y sin embargo sigue prevaleciendo la unión familiar y los roles del varón como jefe de familia son claros.
Según algunos sociólogos y psicólogos; hacen postulaciones importantes de lo que los adelantos tecnológicos, cambios culturales y de valores están afectando en la actualidad a la unión familiar.
Por un lado; las generaciones anteriores recientes, están conformadas por personas que tuvieron que esforzarse mucho para lograr sus metas, el trabajo resultaba arduo, pero la capacidad de logro era tan firme y las satisfacciones llenaban plenamente a quienes tenían estos atributos. Desgraciadamente en un afán y en un “amor” mal entendido, se ha buscado facilitar la vida de los hijos proporcionándoles “aquello de lo cual nosotros carecimos” y aunado a esto; los adelantos tecnológicos que de pronto nos rebasan, han facilitado de manera muy importante la vida de los jóvenes y solo hay que apretar botones para obtener rápidamente lo que desean o buscan; creándoles una cultura de rápida satisfacción a sus demandas; y dentro de esta ecuación, la perseverancia, tenacidad y capacidad de logro, no siempre están presentes.
Alguna vez escuché de alguien: lo que les das a los hijos; es lo que les quitas y paradójicamente como padres les pedimos “que valoren lo que tienen” pero ¿realmente lo pueden valorar si no lo han carecido?
En todo esto no he mencionado todavía la vivencia, información y ejercicio de la sexualidad en este mundo cibernético sobre informado; en donde existen tantas opciones y no todas adecuadas a los valores que tenemos y deseamos inculcarles a nuestros hijos; el cuestionamiento es si nuestras acciones, realmente dan el mensaje que buscamos. Erich Fromm, Gilles Lipovetsky; entre otros, hablan de que actualmente nuestros valores están depositados en el Tener vs el Ser y con ello se ha generado una era de vacío en donde el principal problema es que no hay un proyecto, un afán, existe un sentimiento de sinrazón y eso puede comprobarse en el incremento en adicciones y suicidios en los adolescentes.
Como padres necesitamos replantear que estamos haciendo y si lo que estamos haciendo realmente es congruente con lo que hablamos y pensamos; ya que si no existe una congruencia, esto lleva a la confusión a nuestros hijos. ¿Qué necesidades emocionales hemos cubierto, cuáles no hemos tomado en cuenta; incluso, cuales son mis carencias como padre, madre, como pareja? Ya que si yo mismo carezco, es obvio que no puedo brindarle a otro.
Cada etapa de la vida del ser humano tiene diferentes necesidades: psicológicas, emocionales, afectivas, sociales, etc. y la invitación es saber: ¿cómo transité cada etapa y que bagaje traigo para compartir y guiar la vida de otros?
Es empezar por cuestionar realmente ¿cómo estoy yo? ya que en la medida en que yo esté en armonía conmigo; podré modelar para quienes me siguen en mi árbol genealógico. ¿Qué es el amor? ¿Cómo lo expreso? ¿Es recibido como lo expreso? ¿Realmente con esta expresión, satisfago la petición o necesidad del otro? ¿Dejar Ser, es no marcar límites; o marcar límites es una expresión de amor?
Solo unas cuantas de las preguntas que será importante hacerme a mí mism@, en esta época en donde posiblemente de quien primero me he alejado… es de mí.
Bibliografía
- Fromm E., ¿Tener o ser?, 6ª reimpresión, 1987, trad. de Carlos Valdés, Edit. FCE, S. A. de C.V., México D.F
- Villanueva R. M. A., Hacia un modelo integral de la personalidad; Después de todo ¿quién es el Ser Humano?, Edit. Manual Moderno, México 1985
- Lipovetsky G., La era del vacío; ensayos sobre el individualismo contemporáneo, Edit. Anagrama, 2002 Barcelona, España
Mary Carmen Herrera Pérez
Psicóloga y Sexóloga
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Atizapán de Zaragoza, Edo. de México
México
GeoSalud, 19 de setiembre del 2013