Hipertensión Arterial y Embarazo
La hipertensión arterial durante el embarazo es una importante causa de muerte materna y morbimortalidad fetal en todo el mundo.
Las pacientes embarazadas hipertensas están predispuestas al desarrollo de complicaciones potencialmente mortales: desprendimiento de placenta, coagulación intravascular diseminada, hemorragia cerebral, insuficiencia hepática y renal.
El número de mujeres que presentan hipertensión en el curso del embarazo puede estimarse en alrededor del 10%, con incidencias hasta del 20 % si la paciente es nulípara. A su vez, la prevalencia de hipertensión crónica en los embarazos difiere según la etnia y el area geográfica que se considere entre el 1 y el 5%.
Definición de hipertensión en el embarazo
La presión arterial normalmente desciende en el primer trimestre del embarazo, llegando incluso a valores de 15 mm. Hg. por debajo de los niveles previos al embarazo.
Estas fluctuaciones tensionales suceden tanto en pacientes normotensas como en aquellas hipertensas crónicas.
La hipertensión arterial durante el embarazo puede ser definida sobre la base de la presión arterial absoluta, la presión arterial media ó una elevación de la misma durante el segundo trimestre del embarazo, tomando como referencia la presión arterial basal en el primer trimestre.
De todas éstas opciones el criterio de tomar los valores absolutos de presión arterial sistólica y diastólicas impresiona ser el criterio más razonable y práctico.
Aunque valores absolutos de Presión sistólica mayores de 140 mm. Hg. pueden ser niveles razonables a partir de los cuales iniciar el monitoreo de la madre y el feto, es la presión diastólica igual ó mayor de 90 mm. de Hg, el valor que sirve en forma simple y práctica para definir Hipertensión arterial en el embarazo.
Efectivamente, éste nivel de presión diastólica es un punto de corte en el cuál la mortalidad perinatal aumenta en forma significativa.
Es fundamental la confirmación de los registros de la Presión Arterial en por lo menos dos oportunidades separados por un intervalo de 4 hrs. y si es posible confirmar las cifras con medidas de la presión en forma de automonitoreo.
La posición de la paciente debe ser la misma durante los registros a fin de obviar los cambios tensionales, a veces, significativos que se producen en la presión acostada ó durante el decúbito lateral izquierdo. Es importante el registro de la fase IV y la V fase de Korotkoff como medida de la presión diastólica( :130–80-20) aunque en términos prácticos se utilize la Fase IV.
Clasificación
Las mujeres con aumento de la presión arterial durante el embarazo pueden ser clasificadas de acuerdo a los siguiente grupos:
- Hipertension Crónica
- Preeclampsia-Eclampsia
- Preeclampsia sobreimpuesta a la Hipertension Crónica
- Hipertension Transitoria
Hipertension Crónica
Se define como la hipertensión Arterial ( Igual ó Mayor a 140/90 ) que está presente y es observable previa al embarazo ó que se diagnostica antes de la 20a. semana de gestación.
La hipertensión que se diagnóstica desde el comienzo del embarazo y que persiste más allá del día 42 posterior al parto también debe clasificarse como Hipertensión crónica. Dada la disminución de los niveles tensionales que ocurren en las hipertensas durante el primer trimestre del embarazo es importante no confundir como Preeclámptica a la hipertensa crónica.
Preeclampsia
Es definida como el incremento de la presión arterial acompañada de edema, proteinuria ó ambos que ocurre después de la 20 a. semana de gestación. Ver el artículo Presión arterial alta en el embarazo
Cualquiera de los siguientes criterios son suficientes para el diagnóstico de hipertensión:
a) Aumento de la Presión sistólica 30 mm. Hg ó mayor
b) Aumento de la Presión diastólica 15 mm. Hg ó mayor
Ambos valores comparados con respecto a los previos a las 20a. semanas.
Si éstos valores previos no se conocieran, un registro > a 140/90 son suficientes para considerar el criterio de presión para definir la Preeclampsia. Debe tenerse en cuenta que embarazadas muy jóvenes pueden no llegar a requerir tener presiones > de 140/90 para el diagnóstico de Preeclampsia.
La otra determinación necesaria para el diagnóstico de Preeclampsia es la Proteinuria. Esta se define como la excreción de 300 mgrs. ó más de Proteína en una exámen aislado de orina de 24 hrs.
La proteinuria es en general un signo de aparición tardío en el curso de la Preeclampsia y aunque no es específica, su aparición refuerza el diagnóstico. El edema se hace evidente clinicamente ó por el rápido incremento de peso aún sin evidencia de edema.
Los factores que predisponen a pacientes a la preeclampsia son los siguientes:
- PRIMIGESTA
- HERENCIA
- EMBARAZO GEMELAR
- DIABETES
- ENFERMEDAD RENAL
- INHIBIDOR LUPICO
- EDAD < 21 ó > 35 años
- HERENCIA
- OBESIDAD
- HIPERTENSION CRONICA
- ANTECEDENTES DE PREECLAMPSIA
- Las primigrávidas son 6 a 8 veces más suceptibles que las multíparas.
- El embarazo gemelar incrementa el riesgo 5 veces . Las mujeres que han tenido preeclampsia ó eclampsia como multíparas usualmente tienen algún factor predisponente, a menudo hipertensión crónica
- Las mujeres con mayor predisposición a desarrollar Preeclampsia son aquellas que : tienen una historia de Hipertensión Arterial crónica en los 4 años previos; han tenido Preeclampsia durante un embarazo anterior ó han tenido Presiones Diastólicas mayores a 100-110 mm. Hg. desde el comienzo del embarazo.En éstas pacientes la recurrencia de preeclampsia sobreimpuesta es muy alta ;>del70 %.
- Antecedentes familiares de Preeclampsia.
- La existencia de una mola hidatiforme incrementa el riesgo 10 veces.
- La presencia de Diabetes Mellitus en un potente factor de riesgo.
- La existencia de " Hidrops fetal " incrementa el riesgo 10 veces.
- Contrariamente a la creencia popular, la clase socio-económica no predispone a la
preeclampsia. - La presencia de Inhibidor Lúpico aumenta la incidencia de abortos en el primer trimestre
y de preeclampsia - eclampsia al final de la gestación.
El cuadro de la preeclampsia presenta un amplio espectro que va desde formas leves a extremadamente severas con elevada morbimortalidad maternofetal. En muchos casos la progresión del cuadro es lenta y nunca pasa de una forma leve. En otros,
la minoría, la enfermedad progresa rápidamente a formas graves en el trascurso de días ó semanas.
En algunos la progresión a formas severas y Eclampsia se hacen en horas. Por ésta razón ,desde el punto de vista del manejo clínico, la Preeclampsia debería ser " Sobrediagnosticada" ya que muchas veces un manejo preventivo y agresivo evita las erráticas evoluciones a formas graves y la Eclampsia.
Eclampsia
La Eclampsia se define como: el desarrollo de convulsiones, debidas a encefalopatía hipertensiva en una paciente preeclámptica, no atribuídas a otras causas. Su incidencia es cercana a 1 cada 2000 partos.
Las convulsiones, que son el signo de la eclampsia, son precedidas por las manifestaciones de la Preeclampsia, aunque en un 20 % las convulsiones pueden producirse hasta 6 días después del parto. En algunas pacientes el cuadro eclámptico puede estar constituído por "auras", dolor epigástrico, hiperirritabilidad e hiperreflexia.
La hipertensión arterial puede ser severa, aunque está bien definido que :
- Las convulsiones pueden ocurrir aún con mínimas elevaciones de la presión arterial.
- La Proteinuria y los edemas son significativos y se presentan en conjunto con variadas formas de Insuficiencia cardíaca y/o renal.
Preeclampsia sobreimpuesta a hipertensión arterial crónica
El diagnóstico de ésta condición se hace sobre la base del incremento de los valores tensionales ( >30 mm. Hg. de Presión sistólica ó > 15 mm. Hg de Presión diastólica ) junto a la aparición de proteinuria y edema generalizado en una paciente portadora de Hipertensión crónica previa. Es la forma clínica de peor pronóstico fetal.
El diagnóstico de preeclampsia sobreimpuesta es particularmente difícil, sobre todo en mujeres que reciben medicación antihipertensiva . Esta puede enmascarar ascensos tensionales que suceden en las primeras fases de la preeclampsia sobreimpuesta y que transcurren sin proteinuria evidente.
Una ayuda en el diagnóstico pueden constituirlo el descenso del recuento plaquetario y el aumento progresivo de los niveles de acido úrico y fundamentalmente evidencias de afectación de órganos blanco por la HTA crónica previa.
Hipertensión Transitoria
Hipertensión transitoria se llama al desarrollo de presión arterial elevada durante el embarazo ó en las primeras 24 hrs. post-parto sin otros signos de preeclampsia ó hipertensión preexistente. Se considera a la Hipertensión transitoria como una fase "Preproteinúrica de la preeclampsia" y a veces una recurrencia de la hipertensión crónica con cifras disminuídas hacia la mitad del embarazo.
A menudo la hipertensión transitoria impresiona ser una manifestación de una Hipertensión arterial latente puesta de manifiesta por el embarazo. La hipertensión transitoria tiene un elevado grado de recurrencia en embarazos sucesivos, y es probablemente la base para un diagnóstico erróneo de preeclampsia en pacientes multíparas.
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El laboratorio en el diagnóstico de la hipertensión durante el embarazo
Los análisis de laboratorio ayudan al manejo de la Hipertensión durante el embarazo. Los pacientes que presentan presión normal durante el embarazo pero que han tenido:
- Hipertensión Arterial Previa
- Hipertensión Arterial en embarazos previos (no incluyendo el primero )
- Diabéticas
- Portadores de enfermedades del Colágeno
- Enfermedad Renal parenquimatosa
se encuentran en elevado riesgo de presentar complicaciones durante el embarazo.
Es imprescindible pues contar con datos bioquímicos basales específicos, que puedan ser comparados con datos evolutivos durante el embarazo. Aquellas pacientes con hipertensión previa a las 20 semanas tiene mayor tendencia a tener distintas formas de hipertensión secundaria, éstas incluyen: las enfermedades renales parenquimatosas, el aldosteronismo primario y el feocromocitoma.
Las determinaciones de laboratorio específicas para descartar éstas patologías son de fundamental importancia en el diagnóstico.
Los siguientes test de Laboratorio son los que se deben solicitar de rutina frente a la paciente embarazada con Hipertensión Arterial posterior a la 20a. semana.
Hemoglobina y Hematócrito
-- La hemoconcentración favorecen el diagnóstico de preeclampsia
y es un indicador de severidad.
Los valores pueden descender en presencia de hemólisis .
Frotis Sanguíneo
-- Signos de Anemia Hemolítica microangiopática (Esquiztocitosis) sugieren el diagnóstico de Preeclampsia. Puede estar presente
aún con niveles levemente aumentados de Presión Arterial.
Recuento Plaquetario
-- La disminución de éste recuento sugiere
preclampsia severa.
Análisis de Orina
-- Evaluación de Proteinuria de 24 hrs.
Creatinina
-- Niveles anormales ( Mayores de 0.8 mgrs) ó en aumento
asociados oliguria sugieren preeclampsia severa .
Uricemia
-- Niveles anormalmente altos (> 4,5 -6 mgrs ) ayudan
en el diagnóstico diferencial de preeclampsia y
son fieles indicadores de severidad de la enfermedad.
Lacticodeshidrogenasa
-- Niveles elevados están asociados a hemólisis y
afectación hepática sugiriendo preeclampsia severa.
Tratamiento de la hipertensión en el embarazo
Tratamiento no Farmacológico en Pacientes con Hipertensión crónica
La supervisión médica contínua es fundamental en el manejo de la embarazada con hipertensión crónica. Es altamente conveniente, dentro de lo posible el manejo no farmacológico de la presión arterial. Las estrategias usualmente usadas en las pacientes hipertensas no embarazadas no están indicadas en la embarazada con hipertensión previa.
La reducción de peso no está recomendada en las hipertensas grávidas. La reducción de peso sólo estaría recomendada en pacientes hipertensas crónicas que desean planificar un embarazo.
La reducción del volúmen plasmático en la hipertensa embarazada contraindicarían la restricción de sodio ,salvo en pacientes con enfermedad renal previa y clearance de creatinina reducidos ó en pacientes con hipertensión sal-sensitiva reconocida.
La restricción de la actividad física es una medida conveniente en el transcurso del embarazo porque favorece la disminución de la presión arterial, promueve la diuresis y disminuye las posibilidades de parto prematuro.
El consumo de alcohol y el tabaco deben ser absolutamente prohibidos durante todo el trascurso del embarazo.
Tratamiento con medicamentos
La mayoría de las mujeres embarazadas con hipertensión crónica leve a moderada tienen una muy baja tasa de complicaciones cardiovasculares en el trascurso del embarazo y mayoritariamente dan a luz niños a término y saludables. No obstante, las hipertensas grávidas presentan un riesgo aumentado para el desarrollo de Preeclampsia con aumento de la morbimortalidad fetal.
El objetivo es pues, minimizar los riesgos tempranos de la hipertensión arterial materna y prevenir la aparición de preeclampsia evitando los tratamientos que pongan en peligro la salud fetal.
Cuando la presión arterial materna alcanza o supera los niveles de 100 mm. Hg. de presión diastólica indiscutiblemente debe comenzarse el tratamiento antihipertensivo farmacológico. Es materia de discusión si los niveles inferiores de presión diastólica deben ser tratados.
No hay datos disponibles y concluyentes si el tratamiento preventivo ó el refuerzo de la medicación antihipertensiva previa, antes de la mitad del embarazo previene la aparición de preeclampsia.Es indiscutible, no obstante, la necesidad de acentuar todas las medidas de monitoreo clínico materno y fetal durante todo el trascurso del embarazo. El tratamiento farmacológico de la hipertensa grávida implica el conocimiento profundo de la eficacia y los mecanismos de acción de las distintas drogas antihipertensivas y el efecto a corto plazo y largo plazo sobre la salud fetal.
La única droga probadamente útil a éste respecto es la Alfa Metil Dopa en dosis de 500-2000 mgrs./día. No altera el monitoreo fetal y no se han descripto casos de teratogénesis. De todas maneras es preciso consignar que desde el punto de vista teórico, salvo los inhibidores de la enzima convertidora y la clonidina (en el primer trimestre ), el resto de las drogas usualmente usadas para el tratamiento de la Hipertensión crónica no presentan contraindicaciones absolutas y no se han demostrado aumentos de la morbimortalidad fetal. Presentamos a continuación una lista de agentes antihipertensivos en consideración para su uso como alternativas ó complemetarios al uso de Alfametildopa.
BetaBloqueantes
Hay suficiente evidencia acumulada sobre el uso y la seguridad del uso de los betabloqueantes en la hipertensión crónica asociada al embarazo. Igualmente seguros impresionan la combinación de bloqueantes alfa-beta (labetalol) y en estudios comparativos con betabloqueantes y alfametildopa, no han surgido diferencias en su efectividad. Debe consignarse como precaución algunos estudios que sugieren retardo en el crecimiento fetal, disminución de la frecuencia cardíaca fetal y la habilidad del feto para superar el stress hipóxico ante el uso durante largo tiempo de los bloqueantes beta.
Bloqueantes Cálcicos
El uso de los bloqueantes cálcicos han sido relativamente poco usados en el manejo a largo plazo de la hipertensión en el embarazo. Es impropia pues una recomendación explícita sobre su uso en el embarazo .
Diuréticos
Los diuréticos no constituyen una droga de primera línea para el tratamiento de la hipertensión crónica asociada al embarazo . No obstante si su uso estuviera indicado los diuréticos en menores dosis a las habituales pueden contribuir a potenciar la acción de otros agentes antihipertensivos. Debe tenerse particular precaución y contraindicarse en aquellas situaciones en donde la perfusión uteroplacentaria está disminuída como en la preeclampsia y el retardo franco del crecimiento uterino.
Vasodilatadores
La Hydralazina en combinación con betabloqueantes han demostrado eficacia y seguridad en el tratamiento de la Hipertensión crónica en el embarazo aunque no deberían ser usados como tratamiento de primera línea.
Sumariamente digamos que las conclusiones de los distintos consensos sobre el manejo de la hipertensión crónica durante el embarazo, si bien recomiendan una terapia antihipertensiva juiciosa y controlada no hay evidencias concluyentes que ésta mejore la superviviencia fetal. Sólo el tratamiento con alfa-metildopa ha demostrado claramente disminuir las pérdidas estacionales hacia la mitad del embarazo.
La vigilancia y el monitoreo fetal deben indicarse en cualquier circunstancia en que la madre presente elevación aguda ó crónica de las cifras tensionales.
La vigilancia fetal incluye la determinación del apropiado crecimiento fetal.
Los métodos de ésa determinación sobrepasan los límites de ésta guía y requiere el concurso médico especializado multidisciplinario.
El eje central de la prevención de la preeclampsia es la identificación de las pacientes de alto riesgo, seguido de un monitoreo estrecho de la evolución de las cifras tensionales, el cuadro clínico y el laboratorio de los pacientes.
De esa forma quizás no logremos evitar la Preeclampsia , pero sí prevenir sus consecuencias sobre la madre y el feto.
Aunque se han ensayado varias estrategias farmacológicas (Aspirina y diuréticos ) y dietéticas (dietas hiposódicas y con bajo contenido proteico ), ninguna de ellas han probado a largo plazo prevenir o minimizar la severidad de la preeclampsia.
Innumerables estudios indican que los cambios en la reactividad vascular, el volúmen plasmático y la función renal anteceden, a veces en meses a la aparición de los primeros signos de preeclampsia ( la hipertensión arterial, la excreción aumentada de proteínas y la retención de sodio ). La Proteinuria, el indicador clínico más válido de preeclampsia, es un elemento a menudo tardío en su aparición. No obstante la aparición de proteinuria, la aparición de edemas ó aumento de peso desmedido y la aparición de variaciones de la presión arterial continúan siendo a pesar de las excepciones y sus limitaciones los signos que obligan a plantear un seguimiento más estricto de la salud materna y fetal.
Los siguientes signos son indicadores negativos en la evolución de la Preeclampsia
- Presión Arterial sistólica > de 160 ó una Diastólica > de 110 mm. Hg.
- Proteinuria mayor de 2 gms. en 24 hrs.
- Valores de Creatinina en aumento > 90 mgrs/lt.
- Recuento plaquetario < 100.000 plaquetas .
- Evidencia de anemia hemolítica microangiopática con L.D.H. aumentada
- Elevación progresiva de enzimas hepáticas (T.G.O.- T.G.P.)
- Cefaleas u otras alteraciones cerebrales ó visuales .
- Dolor epigástrico* Hemorragia retiniana, exudados ó edema de papila
- Edema de Pulmón .
Una vez que los cambios de presión arterial comienzan a observarse en una paciente con alto riesgo preeclámptico debería repetirse una segunda visita dentro de las próximas 48 hrs. Está indicado también un análisis inicial para determinar proteinuria
Estas medidas están dirigidas a determinar el patrón evolutivo y la necesidad de medidas de monitoreo más agresivas.
Si la condición de la paciente permanece estable ,es aconsejable una nueva visita semanal . Si la situación de la paciente se deteriora existe la indicación perentoria de hospitalización para el seguimiento más estricto de la paciente y el feto.
Los niveles de presión arterial, la diuresis diaria, la retención hídrica así como la determinación del recuento de plaquetas, el nivel diario de creatinina y el nivel de acido úrico determinarán al igual que la aparición de signos clínicos de afectación del sistema nervioso central (cefaleas, desorientación , síntomas visuales) la decisión de continuar el embarazo.
El reposo absoluto en cama es una medida razonable aunque de eficacia no establecida.
La restricción estricta de sodio, el uso de diuréticos ó aspirina no tienen indicación en el
manejo de ésta fase de la preeclampsia.
En mujeres con presiones diastólicas iguales ó mayores de 100 mm. de Hg. se debe realizar terapia antihipertensiva convencional, comenzando con Alfametildopa.
Existe una contraindicación de intentar disminuir los valores tensionales en forma agresiva. El control satisfactorio de la presión arterial no debería ser interpretado como una forma absoluta de eliminar el riesgo para la madre y su hijo.
Una de las decisiones más difíciles de tomar ante una preeclampsia severa es la interrupción ó no de la gestación, tratando de mantener un equilibrio entre morbilidad materna y/o fetoneonatal.
Cuando la hipertensión gestacional se torna severa ó se eleva bruscamente llevando a la paciente a un marcado incremento del riesgo de hemorragia cerebral ó una Eclampsia, se hace mandatorio iniciar una enérgica terapéutica farmacológica.
Si la paciente no respondiera al mismo, no quedan dudas que la interrupción del embarazo es mandatoria.
Si la paciente responde al tratamiento y el feto se hallara sin elementos de sufrimiento grave se debe tener en cuenta la edad gestacional.
En caso de que la misma sea superior a las 34 semanas es evidente que el riesgo de continuar con la gestación es mayor que el de finalizarla ya que la sobrevida fetal está garantizada a esa altura de la gestación.
Si la edad gestacional es inferior, la sobrevida neonatal se ve amenzada por la posibilidad de dificultad respiratoria, hemorragia intracraneana, inmadurez extrema, muy bajo peso al nacer, enterocolitis necrotizante y displasia bronco-pulmonar.
Por ello, lo primero que debe hacerse antes de tomar cualquier decisión es derivar a la paciente a un centro de alta complejidad; allí con la madre bajo control y el feto evaluado en forma apropiada (antropometría por ultrasonografía, evaluación del volúmen del líquido amniótico, monitoreo cardíaco fetal y flujometría por doppler de los vasos umbilicales y uterinos, se decidirá la conducta a seguir.
Con las mejoras introducidas en los cuidados neonatales muchos investigadores intentan, que el parto, para las pacientes con preeclampsia severa se realice en lo posible más allá de las 30ª semana, teniendo en consideración el mejor interés para la madre y para el feto.
Cuando la edad gestacional es crítica (entre la 25 y 30ª semana) uno podría considerar controlar la presión arterial conjuntamente con la observancia cuidadosa clínica y de laboratorio de la madre y el feto.
La mayor consideración al decidir el momento del parto debería ser el bienestar fetal.
Por lo tanto, si la condición materna es estable, el parto está indicado ante la presencia de signos de disfunción de vitalidad fetal.
Si el crecimiento y la vitalidad fetal se mantienen estables, el embarazo debería continuar hasta el parto espontáneo.Por el contrario; si las condiciones maternas se deterioran rapidamente está indicado el parto para la protección tanto de la madre como del feto.
Aunque las condiciones fetales usualmente dictan la ocasión del parto hay importantes excepciones.
Complicaciones potencialmente letales de la preeclampsia son : la ruptura hepática cuyos pródromos son la hepatomegalia dolorosa y la anormalidad de los valores del hepatograma y el síndrome HELLP caracterizado por hemólisis, aumento de las enzimas hepáticas y plaquetopenia.
Estas complicaciones así como la aparición de Insuficiencia cardíaca o renal, rápidamente evolutivas, obligan a realizar el parto de extrema urgencia independientemente del grado de madurez del feto.
Las indicaciones para interrupción del embarazo en pacientes con cuadros de preeclampsia severa, ya sea por impacto sobre la madre ó el feto serían pues:
- Sindrome Hipertensivo incontrolable
- Sígnos de sufrimiento fetal
- Retardo del crecimiento uterino
- Eclampsia
- Sindrome HELLP
- Insuficiencia Cardíaca ó renal rápidamente evolutivas
El parto por vía vaginal es preferible a la cesárea en los casos de preeclampsia leve a moderada ya que evita el stress adicional de la cirugía sobre una condición inestable.
El parto por vía vaginal obliga a realizar monitoreo electrónico fetal intraparto y ante la menor dificultad en el avance del trabajo de parto y / o signos de sufrimiento fetal se debe proceder a la cesárea. No obstante si el feto se encuentra muy comprometido se prefiere el parto por cesárea.
La inducción debe ser realizada agresivamente una vez que se ha tomado la decisión.
En gestaciones alejadas del término en los cuales está indicado el parto, y las condiciones fetales y maternas se encuentran estables se deberían administrar glucocorticoides para acelerar la madurez fetal pulmonar.La anestesia regional usada como forma de analgesia peridural ofrece ventajas tanto para el parto por vía vaginal ó por cesárea.
No obstante debe tenerse en cuenta la posibilidad de simpatolisis con disminución de la presión arterial, el gasto cardíaco y la consecuente disminución del flujo sanguíneo utero-placentario.
Por esas razones muchos expertos contraindican la anestesia espinal en la paciente preclámptica severa y prefieren la anestesia general para las hipertensiones severas y las eclampsias.
La elevación brusca de la presión arterial durante el parto es un fenómeno habitual en la Preeclampsia. Los agentes antihipertensivos que se habían indicado previamente al parto pueden ser disminuídas si la presión materna está levemente aumentada. Si las presiones diastólicas son iguales ó mayores a 105 mm. de Hg. se debería considerar el tratamiento farmacológico.
Especial cuidado se debería tener al considerar tratamientos antihipertensivos agresivos en pacientes con presiones diastólicas inferiores a 80 mm. de Hg antes de la crisis preeclámptica, en pacientes con hipertensión crónica ó con cardiopatía hipertensiva.
Las drogas usadas para el tratamiento de la Hipertensión aguda durante el parto deben ser conocidas juiciosamente por sus acciones y efectos colaterales sobre la circulación utero-placentaria. La hidralazina, labetalol, bloqueantes cálcicos y clonidina son drogas usadas en forma parenteral ó sublingual.
Existe sí acuerdo con la contraindicación absoluta con el uso del Nitroprusiato de sodio o el Enalaprilat EV.
No existe indicación formal para el uso de diuréticos EV durante la crisis aguda. Especial atención debe prestarse a la excesiva infusión de cristaloides durante el parto y durante el tratamiento de la crisis hipertensiva.
La disminución brusca de la presión oncótica por efecto de los cristaloides puede desencadenar en la paciente grávida edema pulmonar cerebral y pulmonar graves .
Manejo de la Eclampsia
Es erróneo asociar la posibilidad de convulsiones con determinados niveles de presión arterial, las convulsiones pueden desencadenarse en cualquier momento de la preeclampsia. Por ésta razón, muchas series han preconizado la posibilidad de realizar tratamiento con Sulfato de magnesio EV en forma profiláctica cuando la mujer con preeclampsia está en trabajo de parto; aún cuando los signos premonitorios de convulsiones ó afectación del sistema nervioso central estén ausentes. Leer el artículo Preeclampsia (en inglés)
La administración de 4-6 gramos de sulfato de magnesio eleva rápidamente las concentraciones de ésa droga en plasma, no obstante esa terapia debería mantenerse por lo menos entre 12 y 24 horas posteriores al parto por dos razones: En primer lugar, 30 % de las pacientes pueden repetir sus convulsiones durante ése período. En segundo término las concentraciones de sulfato de magnesio decaen su concentración muy rápidamente posteriormente al bolo inicial salvo la presencia de insuficiencia renal oligoanúrica ó la administración concomitante de bloqueantes cálcicos usados como tratamiento de la crisis hipertensiva.
El antídoto inmediato para el sulfato de magnesio, será el gluconato de calcio (1 gramo EV) y la intubación de la paciente para asistencia respiratoria.
En presencia de convulsiones el parto debe ser postergado hasta que el cuadro sea razonablemente controlado; la presión arterial controlada a niveles menores de 110 mm. Hg. de Presión diastólica y se haya realizado una adecuado balance hidroelectrolítico con control de diuresis horaria. Los episodios de hipertensión arterial aguda inducidas por el embarazo usualmente disminuyen rapidamente con el parto ó en los días inmediatamente posteriores. La persistencia de la hipertensión más de 3 a 5 días obliga a mantener la terapia antihipertensiva endovenosa hasta su total control.
Lactancia
El pasaje a medicación antihipertensiva oral en el puerperio debe tomar en consideración la lactancia materna. Todos los agentes antihipertensivos estudiados han sido detectados en la leche materna, no obstante existen pocos reportes que evaluaran la concentración de ésos agentes en el plasma de los niños amamantados y los efectos hemodinámicos de ésas drogas.
En pacientes con hipertensión arterial leve que desean amamantar, se puede considerar la posibilidad de suspender la medicación antihipertensiva con observación de los niveles de presión arterial materna. En aquellos pacientes con formas más severas de hipertensión arterial ó que deben ser controladas con más de una droga antihipertensiva se debería discontinuar o suspender la lactancia.
Pronóstico
La prevalencia de Hipertensión Arterial crónica en pacientes con preeclampsia y eclampsia en la primigravidez es la misma que en mujeres que no han tenido éstas patologías al realizar la comparación por sexo y edad. La Preeclampsia-Eclampsia es una intercurrencia no relacionados con hipertensión posterior. Es discutida la prevalencia de hipertensión arterial crónica en pacientes con preeclampsia-eclampsia multíparas.
La hipertensión transitoria se define como el aumento de la presión arterial sin edema ó proteinuria significativa en el curso del embarazo, con retorno a la normotensión dentro de los 10 días posteriores al parto.
Algunos estudios indican que la hipertensión arterial transitoria recurre en embarazos ulteriores y a menudo predice el desarrollo futuro de hipertensión arterial crónica.
Probablemente ésta forma de presentación de la hipertensión arterial sea una forma de hipertensión arterial esencial enmascarada por el embarazo.
Fuente
Guia y recomendaciones para el manejo de la Hipertension Arterial "
Dres. R. Fernandez Contreras , H.Gomez LLambi , Lic. F. Ferrarotti , Lic. F. Lorge
Instituto de Investigaciones Cardiologicas-Facultad de Medicina - U.B.A.
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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana
Actualizado: 24 de Agosto, 2018