Qué es la enfermedad de Hashimoto?
La enfermedad de Hashimoto, también llamada tiroiditis linfocítica crónica o tiroiditis autoinmune, es una forma de inflamación crónica de la glándula tiroides.
La inflamación provoca daños a la glándula tiroides y consecuentemente a la función tiroidea, provocando que esta función sea reducida provocando "hipotiroidismo", es decir, la glándula no produce suficiente hormona tiroidea para satisfacer las necesidades del cuerpo. La enfermedad de Hashimoto es la causa más común de hipotiroidismo.
La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa (dos lóbulos unidos en el medio) en la parte frontal del cuello debajo de la laringe, o caja de resonancia de la voz.
La glándula tiroides produce dos hormonas tiroideas, triyodotironina (T3) y tiroxina (T4).
Las hormonas tiroideas circulan por todo el cuerpo en el torrente sanguíneo y actúan sobre casi todos los tejidos y células en el cuerpo.
Estas hormonas afectan el metabolismo, el desarrollo del cerebro, la respiración, el ritmo cardíaco, funciones del sistema nervioso, la temperatura corporal, la fuerza muscular, los niveles de humedad de la piel, los ciclos menstruales, el peso, los niveles de colesterol, y más.
La producción de la hormona tiroidea está regulada por otra hormona llamada hormona estimulante del tiroides (TSH).
La TSH es producida por la glándula pituitaria, una glándula del tamaño de un guisante localizada en el cerebro.
Cuando los niveles de la hormona tiroidea en la sangre son bajos, la hipófisis libera más hormona estimulante del tiroides (TSH).
Cuando los niveles de la hormona tiroidea son altos, la pituitaria responde bajando la producción de hormona estimulante del tiroides (TSH).
La enfermedad de Hashimoto es un trastorno autoinmune, es decir, el sistema inmune del cuerpo ataca a sus propias células y tejidos sanos.
En la enfermedad de Hashimoto, el sistema inmune produce anticuerpos que atacan las células de la tiroides e interfirieren con su capacidad para producir hormonas tiroideas.
Un gran número de glóbulos blancos llamados linfocitos se acumulan en la glándula tiroides, los linfocitos producen los anticuerpos que impulsan el proceso autoinmune.
Síntomas de la enfermedad de Hashimoto
Muchas personas que padecen la enfermedad de Hashimoto no presentan síntomas al principio.
A medida que la enfermedad progresa lentamente, la glándula tiroides se agranda y puede causar que el frente del cuello luzca hinchado.
El agrandamiento de la glándula, llamada bocio, puede crear una sensación de plenitud (llenura) en la garganta, pero no suele ser dolorosa.
Después de años, o incluso décadas, el daño a la tiroides hace que se encoja y el bocio desaparece.
No todas las personas con la enfermedad de Hashimoto desarrollan hipotiroidismo.
Para aquellos que lo hacen, el hipotiroidismo puede ser subclínico, leve y sin síntomas.
Otras personas pueden tener uno o más de estos síntomas comunes de hipotiroidismo:
- Fatiga
- Aumento de peso
- Intolerancia al frío
- Dolor de articulaciones y dolor muscular
- Estreñimiento
- Cabello seco y adelgazamiento
- Períodos menstruales abundantes o irregulares y alteraciones en la fertilidad
- Depresión
- Frecuencia cardíaca disminuida (latidos por minuto)
Población en riesgo de desarrollar la enfermedad de Hashimoto
La enfermedad de Hashimoto es cerca de siete veces más común en mujeres que en hombres.
A pesar de que a menudo se produce en mujeres adolescentes o jóvenes, la enfermedad aparece con mayor frecuencia entre los 40 y los 60 años.
Tiende a darse o manifestarse en familias, los científicos están trabajando para identificar el gen o los genes que causan la enfermedad que se transmite de una generación a la siguiente.
Las posibles influencias ambientales también están siendo estudiadas como factores de riesgo de su aparición.
Por ejemplo, los investigadores han encontrado que el consumo en exceso de yodo puede inhibir la producción de la hormona tiroidea en individuos susceptibles.
Ciertos fármacos o infecciones virales también pueden contribuir a las enfermedades autoinmunes de la tiroides.
Las personas con otros trastornos autoinmunes son más propensas a desarrollar la enfermedad de Hashimoto y viceversa. Estos trastornos incluyen:
- Vitíligo, una enfermedad en la que algunas zonas de la piel pierden su color natural
- Artritis reumatoide
- Enfermedad de Addison, en la que las glándulas suprarrenales no funcionan y no pueden producir suficiente cantidad de ciertas hormonas críticas
- Diabetes Mellitus tipo 1
- Anemia perniciosa, un tipo de anemia causada por la insuficiencia de vitamina B12 en el cuerpo
Diagnóstico de la enfermedad de Hashimoto
El diagnóstico comienza con un examen físico y la historia médica. Una glándula tiroides agrandada puede detectarse durante un examen físico y los síntomas pueden sugerir hipotiroidismo.
Luego los médicos harán varios análisis de sangre para confirmar el diagnóstico.
La prueba de hormona estimulante del tiroides (TSH) ultrasensible suele ser la primera prueba realizada.
Esta prueba de sangre es la medida más precisa de la actividad de la tiroides disponible.
Por lo general, una lectura por encima de lo normal de la hormona estimulante del tiroides (TSH)significa que una persona tiene hipotiroidismo. En las personas que producen muy poca hormona tiroidea, la TSH pituitaria se produce continuamente, tratando de llevar a la tiroides a producir más hormona tiroidea.
La prueba de tiroxina (T4) mide la cantidad real de hormona tiroidea circulante en la sangre.
En el hipotiroidismo subclínico, el nivel de tiroxina (T4) en la sangre es normal, pero a medida que la enfermedad progresa, los niveles de tiroxina (T4) caen por debajo de lo normal.
La peroxidasa antitiroidea (anti-TPO) es una prueba de anticuerpos que busca la presencia de anticuerpos antitiroideos.
La mayoría de las personas con enfermedad de Hashimoto tienen estos anticuerpos presentes, pero las personas cuyo hipotiroidismo es causado por otras condiciones no tienen presentes estos anticuerpos.
Tratamiento de la enfermedad de Hashimoto
El tratamiento generalmente depende de si la tiroides se daña lo suficiente como para causar hipotiroidismo.
En ausencia de hipotiroidismo, algunos médicos tratan la enfermedad de Hashimoto solamente para reducir el tamaño del bocio.
Otros optan por no tratar la enfermedad y simplemente monitorizar a sus pacientes para observar la progresión de la enfermedad.
La enfermedad de Hashimoto, con o sin hipotiroidismo, se trata con hormona tiroidea sintética.
Los médicos prefieren usar T4 sintética tal como Synthroid en vez de T3 sintética porque la hormona T4 dura más tiempo circulando en el cuerpo, asegurando un suministro constante de hormona tiroidea durante el día.
Los llamados preparados tiroideos "naturales" realizados con tiroides obtenida de animales rara vez se prescribe en la actualidad.
La dosis exacta de la hormona tiroidea sintética depende de la edad y el peso del paciente, de la gravedad del hipotiroidismo, si está presente, también de la presencia de otros problemas de salud, y el uso de otros medicamentos, como por ejemplo los fármacos reductores del colesterol que podrían interferir con la acción de hormona tiroidea sintética.
Los médicos analizan de rutina la sangre de los pacientes que toman hormona tiroidea sintética y hacen ajustes de la dosificación según sea necesario.
Una tiroides normal, sana y el estado metabólico pueden ser restaurados con el uso apropiado de la hormona tiroidea sintética.
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- Tiroiditis
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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana
Actualizado: 8 de Octubre, 2018