Dieta del paciente con diabetes mellitus tipo II
La dieta es el pilar fundamental sobre el que descansa el tratamiento. Al proporcionar los nutrientes y calorías apropiados a cada paciente es factible llevarlo y mantenerlo en el peso ideal, además de obtener un mejor control metabólico, minimizar las fluctuaciones de la glucemia tanto en ayuno como durante el periodo posprandial, mediante un balance adecuado de carbohidratos, proteínas y grasas.
Esto influye favorablemente sobre las manifestaciones clínicas de la enfermedad y la limitación de la progresión de los cambios degenerativos que se manifiestan como complicaciones, y consecuentemente en el incremento de los años de vida saludable.
Para lograr el equilibrio entre los grupos de alimentos, la tendencia actual es administrar al diabético un porcentaje de hidratos de carbono similar al de una persona sana y reducir el aporte graso, en especial las grasas saturadas y el colesterol, debido a que los pacientes sometidos a este tipo de dietas presentan una menor incidencia de complicaciones y por lo tanto la morbilidad y mortalidad condicionadas por la enfermedad disminuyen.
Hidratos de carbono
Un individuo sano consume diariamente en una dieta normal entre 120 a 300 g de hidratos de carbono, que representan 50% de las calorías totales y se constituyen por carbohidratos simples y complejos. Para calcular el aporte en hidratos de carbono es necesario hacer las siguientes consideraciones:
- El requerimiento mínimo diario es de 50 g para evitar la cetosis condicionada por el catabolismo proteico y graso.
- Son preferibles los carbohidratos complejos, que tienen la característica de absorberse lentamente debido la liberación gradual al torrente circulatorio de la glucosa que contienen, por lo que ejercen una acción moduladora sobre la concentración evitando las bruscas oscilaciones que condicionan hiperglucemia.
- El aumento en el consumo de carbohidratos simples o complejos incrementa el nivel de triglicéridos.
Fibra insoluble
La incorporación de fibra insoluble a la dieta como el salvado (Psyllium plantago) y el nopal (se recomienda el consumo diario de 25 g por cada 1000 calorías) ha demostrado ser útil en el control de la DM 2, al disminuir los niveles de glucemia por el secuestro intestinal de glucosa y lípidos.
Grasas
El aporte de grasas en la dieta normal corresponde hasta 40% de las calorías totales; en los diabéticos se debe reducir a 30% e integrarse fundamentalmente por grasas insaturadas para reducir la ingesta de colesterol a cifras menores de 300 mg por día y disminuir el riesgo de aterogénesis.
Proteínas
Para prevenir el daño renal en los diabéticos las proteínas se calculan a 0.8 g/kg de peso corporal/día en lugar de 1 g/kg/día. En los que ya tienen nefropatía la restricción es mayor (0.6 g/kg/día) para reducir la proteinuria y retrasar la progresión hacia insuficiencia renal.
Sal
La cantidad de sal debe reducirse a 3 g/día debido a que en el diabético la hiperinsulinemia condicionada por la enfermedad incrementa la reabsorción renal de Na+ y de forma alterna estimula el sistema simpático, lo que favorece la asociación de hipertensión arterial y diabetes. En el paciente hipertenso se recomienda un- consumo no mayor de 2.4 g/día.
Vitaminas
Los aportes de ácido ascórbico y vitaminas A y E son elementos complementarios de la dieta del diabético que tienen efecto benéfico al actuar como secuestradores de radicales libres, implicados en el desarrollo de aterosclerosis. El suministro de piridoxina reduce la proporción de hemoglobina glucosilada.
Edulcorantes
Se pueden permitir edulcorantes como la sacarina en cantidades < 500 mg/día o aspartame < 50 mg/día. El sorbitol, manitol y fructosa contienen las mismas calorías que la glucosa, por lo que se debe tener cuidado con ellas.
Requerimientos calóricos
Se sugiere calcular los requerimientos calóricos tomando como base los criterios de la American Diabetes Association, que se presentan en el cuadro I.
Cuadro I.
Bases para calcular los requerimientos calóricos en el paciente diabético
Sexo |
Edad/ |
Actividad |
Calorías por kg |
años |
física |
de peso ideal |
|
H/M |
0- 1 |
120 |
|
1-10 |
80-100 |
||
Mujer |
11-15 |
35 |
|
> 16 |
30 |
||
Hombre |
11-15 |
50-80 |
|
(65) |
|||
>20 |
Muy activo |
50 |
|
Promedio |
40 |
||
Sedentario |
30 |
||
H/M |
adulto |
Muy activo |
30 |
< 55 |
Sedentario |
28 |
|
> 55 |
Sedentario |
20 |
|
En embarazo |
1er trimestre |
28-32 |
|
2º trimestre |
36-38 |
||
3er trimestre |
36-38 |
Puesto que el peso corporal influye profundamente en la etiopatogenia de la DM 2 (resistencia a la insulina), en los requerimientos insulínicos y en el control de la glucosa, la ingestión calórica adecuada es la clave del plan de nutrición y puede valorarse con el recordatorio de las últimas 24 horas. El plan de alimentación debe individualizarse y las proporciones de nutrientes dependerán de los objetivos que se tengan con cada paciente. Una vez calculado el requerimiento calórico se distribuye para lograr la ley del equilibrio dietético.
Las calorías se dividen en los tres alimentos principales de la siguiente forma: desayuno 20%, comida de 20 a 30%, cena de 20 a 30% y en dos o tres pequeñas colaciones entre comidas de 10% cada una. Se sugiere revisar y reajustar la dieta por lo menos cada seis meses o antes si el caso lo amerita.
En pacientes que realizan ejercicio físico se debe calcular un aporte calórico adicional. Para conocer el aporte que se proporciona en la dieta se recomienda utilizar el sistema de intercambio de alimentos diseñado por la American Dietetic Association y American Diabetes Association (cuadro II), que divide en seis listas básicas los grupos alimenticios que contienen aproximadamente la misma cantidad de hidratos de carbono, proteínas, grasas y calorías por ración, lo que facilita el diseño de la dieta de acuerdo con las características del paciente.
Cuadro II.
Contenido de hidratos de carbono, proteínas, grasas, calorías y colesterol
por ración de intercambio en cada una de las listas de alimentos
Lista de |
HC |
P |
G |
cal |
Colesterol |
intercambio |
(g) |
(g) |
(g) |
(mg) |
|
I |
||||||||
Leche (1/4 L) | ||||||||
Descremada |
12 |
8 |
1 |
90 |
5 |
|||
Semidescremada |
12 |
8 |
5 |
120 |
14 |
|||
Entera |
12 |
8 |
8 |
150 |
34 |
|||
II |
||||||||
Verduras | ||||||||
(un tazón) |
5 |
2 |
0 |
28 |
0 |
|||
III |
||||||||
Frutas (10 g) |
15 |
0 |
0 |
60 |
0 |
|||
IV |
||||||||
Cereales | ||||||||
(30 g) |
15 |
3 |
1 |
80 |
0 |
|||
V |
||||||||
Carnes (30 g) | ||||||||
Magra |
0 |
7 |
3 |
55 |
18 |
|||
Moderada grasa |
0 |
7 |
5 |
75 |
30 |
|||
Mucha grasa |
0 |
7 |
8 |
100 |
40-60 |
|||
VI |
||||||||
Grasas (5 g) | ||||||||
Poliinsaturada |
0 |
0 |
5 |
45 |
0 |
|||
Monoinsaturada |
0 |
0 |
5 |
45 |
mínimo | |||
Saturada |
0 |
0 |
5 |
45 |
exceso | |||
HC= Hidratos de carbono P= Proteínas G= Grasas |
Ejercicio o actividad física
El ejercicio físico es un recurso auxiliar importante en la atención del diabético, con el que se obtiene un mayor beneficio cuando el programa se diseña con base en la condición física, motivación e intereses de cada paciente (cuadro III).
Continuar leyendo aquí: Indicación de ejercicio en el paciente ambulatorio diabético tipo 2