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Trastornos del Sueño

 

Generalmente damos por supuesto que el dormir es algo normal. Sin embargo, la falta de sueño o insomnio es un síntoma molesto que con frecuencia nos lleva a consultar con el médico.

El insomnio puede ser secundario a los problemas que cada día tenemos que afrontar o bien ser consecuencia de problemas subyacentes más graves.

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Este articulo describe los diferentes trastornos que se pueden presentar en el sueño.

En él dispondrá de algunos consejos simples para mejorar la calidad de su sueño y también de advertencias sobre cuando es necesario solicitar ayuda profesional para afrontar dichos problemas.

Qué es dormir?

Aunque mientras dormimos no somos conscientes del mundo que nos rodea, sin embargo, en este período de tiempo ocurren gran cantidad de cosas que son esenciales para que permanezcamos saludables.

Dormimos de diferente forma en los diferentes momentos de la noche.

Uno de los tipos de sueño más importantes es el llamado sueño de movimientos oculares rápidos (REM), que viene y se va varias veces durante la noche, representado cerca de una quinta parte de nuestro tiempo total de sueño.

Durante el tiempo de sueño REM, el cerebro está particularmente activo, nuestros ojos se mueven rápidamente de un lado a otro, y soñamos.

Durante otro tipo de sueño (sueño no REM) el cerebro está inactivo, pero existe gran cantidad de actividad corporal, las hormonas son liberadas en el flujo sanguíneo y los tejidos de nuestro organismo son reparados tras el desgaste del día previo.

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Cuánto necesita dormir?

Esto depende principalmente de nuestra edad, aunque también varía mucho entre las personas de una misma edad.

Los bebés duermen cerca de 17 horas al día, que se reducen a 9 o 10 horas cuando se van haciendo mayores.

La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche, aunque éstas serán menos según el individuo envejezca.

Existen grandes diferencias entre unas personas y otras, hasta el punto que algunas personas pueden estar bien con sólo 3 horas de sueño por noche.

Las personas mayores necesitan menos horas de sueño que el adulto joven y es frecuente que por las noches se encuentren despiertos, especialmente si durante el día han dormido la siesta.

Qué ocurre si no duermo?

Realmente nadie se ha muerto por no dormir. Una noche ocasional sin dormir tiene muy poco efecto sobre nuestra salud física o mental.

Sin embargo, tras varias noches de insomnio nos sentimos adormilados durante el día, nos resulta más difícil el concentrarnos o tomar decisiones y se puede llegar a afectar nuestro estado de ánimo.

Esto puede ser extremadamente peligroso para aquellas personas que manejan maquinaria pesada o que conducen.

No hemos de olvidar la gran cantidad de muertes que se producen cada año como consecuencia de quedarse dormido al volante en las autopistas.

Problemas de sueño en los adultos

Dormir muy poco (insomnio)

Con frecuencia nos quejamos que no dormimos lo suficiente o que la calidad de nuestro sueño no es satisfactoria.

Sin embargo, realmente dormimos mucho más de lo que imaginamos ya que los pequeños períodos en los que nos encontramos despiertos durante la noche parecen mucho más largos de lo que realmente son.

Los motivos de que durmamos muy poco generalmente pueden ser identificados sin tener que acudir al médico de cabecera.

La presencia de demasiado ruido, una cama poco cómoda, una temperatura excesiva, rutinas irregulares o hacer poco ejercicio físico pueden ser responsables del insomnio.

El comer demasiado puede hacer difícil conciliar el sueño, mientras que comer muy poco puede llevar a despertarse demasiado temprano.

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Los cigarros, el alcohol, las bebidas con cafeína tales como el café o el té, también trastornan el sueño. La calidad del sueño también se verá afectada por la presencia de algún dolor o si hace demasiado calor.

Sin embargo la falta de sueño continuada puede ser debida a problemas emocionales, a dificultades en la vida diaria o, en ocasiones, a la presencia de problemas psicológicos más graves.

Las personas con ansiedad intensa encuentran muy difícil conciliar el sueño.

En la depresión grave, los pacientes se despiertan muy temprano, en ocasiones incluso en medio de la noche, y les resulta imposible el volver a conciliar el sueño.

¿Pueden los fármacos ayudar?

A pesar de que las pastillas para dormir han sido utilizadas desde hace muchos años, en la actualidad sabemos que no constituyen una respuesta permanente para el problema del insomnio.

Este tipo de fármacos le harán sentirse cansado o irritable al día siguiente y perderán su efecto bastante rápidamente, haciendo necesario el aumentar la dosis para conseguir el mismo efecto, dando lugar a una adicción.

En definitiva, las pastillas para dormir deberían únicamente usarse durante breves períodos de tiempo en aquellas personas que están tan trastornadas que no pueden dormir.

Sustancias a evitar

El alcohol tiene efectos similares a los de las pastillas para dormir y los tranquilizantes y por eso debe ser evitado.

Las pastillas para adelgazar también dificultarán su sueño, del mismo modo que lo hacen las "drogas de diseño" como el éxtasis o las anfetaminas.

Ayudándose a sí mismo

Si usted tiene problemas para dormir, aquí tiene algunos consejos que pueden ayudarle a conseguir una buena noche de descanso.

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  • No pase mucho tiempo sin dormir. Sea constante en las horas de acostarse y levantarse cada día, esté usted cansado o no.
  • Asegúrese de que su cama y cuarto sean confortables. Evite los ambientes demasiado calurosos, demasiado fríos o demasiado ruidosos.
  • Realice una moderada cantidad de ejercicio físico durante el día, por ejemplo, nade o camine
  • No beba té o café por las tardes. Bébase un vaso de leche tibia antes de acostarse.
  • No beba demasiado alcohol, ya que a pesar de que éste le ayudará a quedarse dormido, casi con certeza le despertará durante la noche.
  • No coma o beba demasiado tarde en la noche. Intente cenar más temprano.
  • Si usted ha pasado una mala noche, resista la tentación de acostarse al día siguiente, ya que si lo hace le resultará más difícil dormir por la noche.
  • Intente relajarse antes de acostarse. Su médico podrá recomendarle alguna técnica de relajación.
  • Si algo le preocupa y no hay nada que pueda usted hacer al respecto en ese momento, intente escribir sobre ello antes de irse a la cama y dígase a sí mismo que tratará con el problema al día siguiente.
  • Si no se puede dormir, no se quede en la cama preocupado por ello, levántese y haga algo que encuentre relajante como puede ser leer, ver la televisión o escuchar música tranquila. Después de un rato se sentirá lo suficientemente cansado como para regresar a la cama.

Si seguir estos consejos no es suficiente para combatir su problema de insomnio, será necesario que acuda a su médico de cabecera, bien para hablar de aquellos problemas que puedan estar preocupándole o bien para descartar la presencia de una enfermedad física, de algún medicamento que esté tomando, o de problemas emocionales de cualquier tipo que puedan ser responsables de su insomnio.

Durmiendo en el momento inadecuado

En ocasiones tenemos que estar despiertos cuando lo normal sería estar dormidos. Si esto ocurre ocasionalmente nos adaptamos con bastante facilidad.

Sin embargo, la adaptación es más difícil cuando la alteración en nuestro patrón habitual de sueño es continua, como ocurre en los trabajadores por turno, como pueden ser los médicos o las enfermeras que hacen turnos de noche. Las personas en estas situaciones con frecuencia duermen en momentos en que deberían estar despiertos.

Esto es similar a lo que ocurre en el "jet lag" típico de los vuelos transoceánicos, cuando el viajar rápidamente entre distintas zonas horarias significa que uno está despierto cuando todo el mundo duerme.

Una buena forma de reajustar el sueño es asegurarse de que usted se despierta, por ejemplo con la ayuda de un despertador, a la misma hora que cada mañana, sin importarle cuanto tiempo ha dormido esa noche.

No deberá regresar a la cama de nuevo antes de las 22.00 horas de la siguiente noche y pronto comenzará a dormir de forma natural en el momento adecuado.

Durmiendo demasiado

Algunas personas se quedan dormidas durante el día a pesar de que desean permanecer despiertas.

Generalmente, la razón más frecuente es la falta de sueño en la noche previa. Algunas personas se quedan dormidas como forma de escapar de las presiones de la vida diaria.

Sin embargo, cuando este tipo de trastorno tiene un carácter continuo es necesario descartar la presencia de enfermedades físicas como la diabetes, infecciones virales o problemas tiroideos.

Existen también dos condiciones poco frecuentes que pueden hacer que las personas duerman demasiado:

Narcolepsia

Consiste en ataques repentinos e incontrolables de sueño durante el día, en ocasiones en público. Los pacientes tienen la sensación de no poderse mover y pueden oír o ver cosas extrañas como si estuvieran quedándose dormidos.

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La narcolepsia en ocasiones se asocia a caídas bruscas y repentinas secundarias a la pérdida de fuerza muscular cuando el paciente se enfada, se rie o se siente excitado.

Apnea de sueño

El roncar ruidosamente al dormir puede constituir un problema más para la persona que comparte la cama que para el que ronca.

Sin embargo, la apnea de sueño es un trastorno potencialmente grave en el que los ronquidos ruidosos se asocian a interrupciones en la respiración de breve duración durante la noche.

Cada vez que esto ocurre el paciente se despierta brevemente y debido a estos frecuentes despertares al día siguiente se siente muy cansado.

Es más frecuente en las personas con sobrepeso y según avanza la edad.

Otros problemas del sueño

Sonambulismo y terrores nocturnos

El sonambulismo se caracteriza porque aquél que lo padece se despierta aparentemente de la etapa más profunda de sueño para entonces llevara cabo actividades bastante complejas como caminar dando vueltas o subir y bajar escaleras.

Esto puede llevar a la persona afectada a situaciones embarazosas y ocasionalmente peligrosas.

A menos que se le despierte en ese momento, la persona no recordará nada al día siguiente.

Estos episodios pueden estar precedidos de la presencia de terrores nocturnos en los que la persona parece sólo medio despierta y se siente obviamente asustada pero sin la clase de ideas intensas que caracterizan las pesadillas.

Los terrores nocturnos pueden tener lugar por sí mismos sin dar lugar a sonambulismo.

Pesadillas

La mayoría de nosotros ha tenido sueños amenazadores o pesadillas. Las pesadillas generalmente tienen lugar durante la última parte de la noche cuando tenemos nuestros sueños más intensos y memorables.

Las pesadillas no suelen causar problemas, a menos que sean muy frecuentes, lo cual generalmente es reflejo de la presencia de dificultades emocionales.

Con frecuencia aparecen tras acontecimientos o sucesos traumáticos, tales como la pérdida o fallecimiento de un ser querido, un desastre o un ataque violento.

La psicoterapia de apoyo puede ser de ayuda en estas ocasiones.

Piernas inquietas

Algunas personas se mueven mucho mientras duermen y pueden sacudir sus piernas hasta tal punto que impiden que su pareja pueda dormir.

La solución más simple a este problema es el poner en la habitación dos camas individuales en lugar de una de matrimonio.

Problemas de sueño en la infancia

La mayoría de los padres suele tener problemas para acostar a sus hijos por la noche.

Si los padres se sienten muy cansados puede resultaras difícil el atender a sus hijos tanto como quisieran.

Por esta razón, es importante para todos que los padres ayuden a los niños más pequeños a aprender a dormir bien.

Los primeros seis meses de vida

Durante los primeros meses de vida, muchos padres han de levantarse más de una vez por la noche ya que los niños más pequeños se duermen y despiertan tanto durante el día como durante la noche. Lentamente van aprendiendo la diferencia entre ambos y comienzan a dormir más durante las noches.

El papel de los padres en estos momentos es ayudarles estableciendo una rutina diaria regular que facilite el ritmo adecuado de sueño en sus hijos. Los bebés dormirán mejor si son ubicados en habitaciones tranquilas y oscuras que sean cálidas y confortables.

Con frecuencia se tornan somnolientos después de una buena comida, pero se despertarán si tienen gases, hambre, sienten algún dolor o molestia o se sienten húmedos.

Nueve meses y después

Los bebés de esta edad ya son capaces de mantenerse despiertos, y por eso este es el momento en el que comienzan los problemas con el sueño.

Los padres descubren que sus bebés están más despiertos si se encuentran excitados, muy cansados o ansiosos.

Los problemas pueden surgir tras cualquier ruptura en la rutina habitual, como puede ocurrir en las vacaciones. A esta edad es muy frecuente que los bebés sientan pánico o una gran aflicción cuando se les deja repentinamente solos en la noche.

Una vez más, la misión de los padres es el establecimiento de una rutina organizada para el tiempo que el bebé pasa en la cama siguiendo exactamente los mismos pasos cada noche.

Esto ayudará al bebé a comprender qué está pasando y le permitirá establecer sus hábitos de sueño tranquila y gradualmente. Después de haber dicho " buenas noches ", usted puede quedarse cerca de la puerta durante un rato estando ésta ligeramente abierta, de forma que su bebé pueda oírle moverse alrededor.

A esta edad, los bebés encuentran confortable y les tranquiliza tener una manita suave para abrazar o un osito, y un chupete que chupar. El balanceo de la cuna o el cantarles también puede ayudar.

¿Qué hacer si apesar de todos sus esfuerzos para tranquilizar a su bebé, éste no para de llorar? Si usted deja a su hijo sólo cuando está llorando, únicamente reforzará sus sentimientos de abandono y pánico.

Es importante para los bebés el saber que usted acudirá cada vez que le necesiten. Una visita de vez en cuando para tranquilizarle y calmarle será útil, pero no coja a su bebé en brazos o él aprenderá que si grita lo suficiente usted acudirá y acabará cogiéndolo.

Niños entre 1 y 2 años de edad

Como mínimo, la mitad de los niños de esta edad suelen organizar un gran alboroto cuando tienen que irse a la cama. Algunos padres dejan a sus hijos llorar desesperadamente hasta que finalmente tras horas de gritos deponen esta actitud. Otros abandonan la idea de insistir en un rutina a la hora de acostarse.

Existe un término medio que no hace que el niño se sienta abandonado y que le permite a usted mantener el control de la situación.

Esto implica seguir la rutina habitual para ir a la cama diciendo "buenas noches" y abandonando el cuarto. Tan pronto como su hijo comience a llorar, regrese a la habitación y repita el último "buenas noches", y váyase de nuevo. Haga esto cada 5 minutos mientras dura el llanto del niño.

Pero no permita que el niño abandone la cama y no esté usted fuera de la habitación por más de 5 minutos. Como mucho le tomará una semana que esto funcione y dé sus frutos.

Causas particulares de problemas de sueño en los niños

La mayoría de los niños tiene ocasionalmente sueños amenazadores o pesadillas, y generalmente sólo necesitan que se les abrace y tranquilice para ayudarles a reestablecer el sueño de nuevo.

Las pesadillas que se repiten una y otra vez pueden ser el resultado de un estrés grave o de traumas emocionales.

Si su hijo sufre pesadillas muy frecuentes, su pediatra sin duda alguna podrá ayudarle al respecto. En caso de ser necesario su pediatra podrá remitirle a los especialistas de la Unidad de Salud Mental que le corresponda.

Terrores nocturnos

Los niños pequeños en ocasiones se despiertan repentinamente aterrorizados.

Si se les pregunta no podrán recordar ningún sueño y no recordarán nada a la mañana siguiente.

Aunque los terrores nocturnos parecen muy dramáticos suelen responder a los intentos de tranquilización y suelen desaparecer rápidamente.

Mojar la cama

Aunque la mayoría de los niños ya no mojan la cama cuando tienen dos años, no es infrecuente que esto pueda ocurrir.

Uno de cada diez niños todavía moja la cama a la edad de cinco años, mientras que uno de cada cincuenta adultos tiene el mismo problema.

Esto es más frecuente en los niños que en las niñas, y suele tener un carácter familiar. Ocasionalmente, el mojar la cama puede ser un signo de enfermedad, por lo tanto es mejor que informe a su pediatra al respecto para que él le aconseje.

Si su hijo está sano y es lo suficientemente mayor como para comprender, usted puede ser capaz de aumentar el número de noches secas felicitándole y animándole tras cada noche seca.

Los castigos por mojar la cama no ayudan y realmente pueden empeorar la situación.

Si su hijo todavía moja la cama a la edad de los 6 años es conveniente que solicite la ayuda de su pediatra.

 

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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana


​Actualizado: 28 de Agosto, 2018

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