Medicamentos antidepresivos en la enfermedad maniaca-depresiva
Se llaman así los medicamentos empleados para tratar la depresión mediante la corrección del desequilibrio químico que acompaña al humor depresivo. La depresión presente en la enfermedad maníaco-depresiva, generalmente precisa de este tipo de tratamiento.
Los antidepresivos no son simplemente "píldoras euforizantes" o "pastillas para sentirse bien", estos fármacos hacen que la persona deprimida recupere su estado de ánimo normal, pero en absoluto mejoran el estado de ánimo de una persona que no está deprimida. A diferencia de lo que ocurre con los tranquilizantes, los antidepresivos no son adictivos, no crean dependencia.
Todos los antidepresivos tardan de 2 a 6 semanas en empezar a funcionar adecuadamente. El sueño y el apetito de los pacientes suele mejorar antes de que su estado de ánimo se recupere. Durante este período en el que el humor todavía está bajo, el apoyo de la familia y de los amigos es especialmente importante, ya que el paciente puede llegar a desesperarse pensando que no mejorará.
En esos momentos, debería acudir con regularidad a su médico de cabecera o a su psiquiatra de forma que pueda resolver cualquier problema que se presente con la medicación. Incluso cuando empiece la mejoría, es realmente importante que continue tomando su medicación de la forma en que se la ha pautado su médico de cabecera o su psiquiatra. Si suspende demasiado pronto su tratamiento aumentará la probabilidad de que reaparezca la depresión. La regla general es el mantener el tratamiento con antidepresivos hasta 6 meses despues de que la depresión haya mejorado.
Manía
La manía es una exageración de sensaciones que todos experimentamos de vez en cuando. Es lo opuesto a la depresión, y se caracteriza por la presencia de sensaciones de gran bienestar, energía y optimismo. La pregunta que surge a continuación es si esto es un problema. Bien, realmente puede ser un problema, ya que dichas sensaciones pueden resultar tan intensas que el que las experimenta puede llegar a perder el contacto con la realidad. Si esto le ocurre puede encontrarse pensando cosas extrañas sobre sí mismo, llevando a cabo juicios inadecuados y comportándose de forma embarazosa, perjudicial e incluso en ocasiones peligrosa. Al igual que la depresión, la manía puede hacer difícil o imposible afrontar de una manera efectiva las tareas de la vida diaria. Un episodio de manía, si no es tratado, puede acabar con las relaciones de un paciente y con su trabajo. Cuando el episodio no es muy intenso los médicos suelen llamarlo "hipomanía". En un episodio de manía usted puede sentirse:
- Muy feliz y excitado
- Irritado con los demás que no comparten su optimismo
- Lleno de energía
- Incapaz o sin necesidad de dormir
- Lleno de ideas nuevas y excitantes
- Más importante de lo habitual
- Oyendo voces que otras personas no pueden oir
Los demás notarán que usted está:
- Saltando rápidamente de una idea a otra
- Haciendo planes que son grandiosos e irrealizables
- Muy activo y moviendose rápidamente
- Comportándose de una forma muy aparatosa
- Hablando muy rápido, tan rápido que en ocasiones puede llegar a ser difícil entender lo que dice
- Tomando decisiones extrañas de forma impulsiva que pueden tener consecuencias catastróficas
- Gastando dinero de forma temeraria
- Desinhibido sexualmente
Cuando un paciente sufre por primera vez un episodio maníaco generalmente no es consciente de que algo va mal. Con frecuencia, son los amigos, la familiia o los compañeros de trabajo quienes primero perciben que existe un problema. Desafortunadamente, el paciente suele rechazar este tipo de sugerencias, ya que al experimentar un episodio de manía se sentirá mucho mejor de lo que nunca ha estado con anterio-ridad. El problema es que esta maravillosa sensación de feli-cidad le conducirá progresivamente a alejarse de la realidad. Cuando los pacientes se recuperan suelen sentirse muy dis-gustados por lo llevado a cabo cuando su estado de ánimo estaba exageradamente elevado.
Autocuidado
Si usted sufre cambios de humor maníacos, lo más importante es que sea capaz de reconocer los signos que advierten del inicio de la enfermedad. Esto significará que podrá obtener ayuda antes de que se sienta tan bien que no sea consciente de que existe un problema. Esta tarea no es fácil al principio de la enfermedad, pero puede llegar a conseguirse con práctica, y suministra al paciente un mayor control sobre su vida, además de hacer menos probable tener que ingresarle.
Los amigos, familiares o algún profesional de confianza también podrán ayudarle si aprenden a reconocer los signos de alarma que advierten del inicio de la enfermedad. Es probable que los perciban antes que usted ya que, de hecho, usted probablemente se sentirá muy bien e incluso puede que llegue a ofenderse o molestarse de que los demás estén preocupados por usted. En este momento le puede ser difícil hacer caso de aquellos que le atienden y que desean que usted esté bien. El ingreso hospitalario puede llegar a ser necesario, generalmente para protegerle de sus trastornos de conducta, pero es mucho menos probable si se trata el episodio tempranamente.
Tratamiento con medicamentos
Control de un episodio maníaco
Si usted está experimentando un cambio de humor maníaco, el tratamiento recomendado debe ser el comenzar con fármacos antipsicóticos. Estos fármacos también han sido llamados tranquilizantes mayores ya que los antipsicóticos más antiguos (clorpromazina, haloperidol) tienen este efecto sedativo. Estos fármacos también tienen otros efectos secundarios indeseables como la rigidez, los temblores, el vértigo y la sequedad de boca.
Sin embargo, algunos de los nuevos antipsicóticos (risperidona, sulpiride) pueden estabilizar el estado de ánimo del paciente sin la somnolencia u otros efectos secundarios indeseables de los fármacos más antiguos. Desde luego, que si su estado es ya de una gran excitación e inquietud, lo recomendable serán los fármacos antiguos, que son más sedativos. Este tipo de fármacos suelen ser tomados por via oral, aunque en aquellas situaciones en que el humor del paciente está muy elevado se hace necesario el tratamiento mediante inyecciones.
Una vez iniciado el tratamiento, los síntomas deberían mejorar en el curso de unos pocos días, aunque suele ser necesario tener que esperar unas semanas para que los antipsicóticos ejerzan su efecto al completo. Deberá consultar con su médico si desea conducir mientras necesite tomar este tipo de medica-ción.
Aunque le puede resultar tentador el suspender el tratamiento antes de que su médico se lo indique, bien por la presencia de los efectos secundarios o porque cree que ya no los necesita, lo cierto es que esto sería una gran imprudencia, sobre todo si piensa en las posibles consecuencias catastróficas de un episodio maníaco. Lo que sí puede hacer con respecto al tratamiento es discutir sobre él con su médico y sus familiares una vez que se recupere. De esta forma, usted podrá decidir como desea ser tratado cuando recaiga de su enfermedad.
Efectos secundarios
Estos medicamentos , sin embargo, tienen efectos secundarios adversos. La sequedad de boca, la somnolencia y la visión borrosa son frecuentes con los antidepresivos llamados tricíclicos. Otra clase de antidepresivos, los inhibidores de la monoamino oxidasa o IMAOs exigen que quien los tome evite ciertos alimentos como el queso y el vino tinto. Un tercer tipo de antidepresivos, los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina o ISRS pueden hacer que quien los tome se sienta inicialmente inquieto, con nauseas y un ligero malestar. Su médico de cabecera le recomendará el antidepresivo más adecuado para su caso.
Información
Resulta fundamental que usted sepa lo máximo posible sobre su enfermedad y sobre cómo recibir ayuda.
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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana
Actualizado: 3 de Septiembre, 2018